Reinhold Messner, de los grandes montañistas

09 de Junio 2015

Para muchos el mejor alpinista del mundo: creció, jugó y lloró entre montañas. Famoso por subir el Everest sin oxígeno y otros records impresionantes más que ya hablaremos, tan impresionantes como su forma directa de hablar y salvaje sinceridad.  Esta nota no tiene qué ver con Guatemala pero estas páginas de viajes nacieron hablando de montaña y escalada en roca, y cuando hablamos de montañas se pierden las fronteras porque desde arriba ves que no las hay. Entre montañistas de corazón nunca faltará una que otra anécdota sobre este personaje.

Al Everest en solitario y sin oxígeno

Si todavía estás "algún día subiré un volcán" o peor si no has subido "porque no has encontrado quién te lleve" te presentamos la hazaña más famosa de Reinhold Messner: subir el Everest solo y sin oxígeno, sí, el Everest de la forma más dura, sin tanto aparato ni ayuda. Y no lo hizo solo una vez.

Su primer ascenso al Everest sin oxígeno fue en 1978. Para ése entonces era común que las expediciones llevaran 50 kilogramos de oxígeno por persona, unas 100 libras extra que se utilizarían a partir de los 7,200 metros. Se aseguraba que no usar oxígeno equivalía a un seguro daño cerebral. Esto es bastante cierto para no atletas no aclimatizados. Previo a su ascenso Messner voló en un avión pequeño no presurizado superando los 9,000 metros de altura con tan solo algunas dificultades.

Por mi, por mi bandera, mi pañuelo

Contrario a célebres ascensos patrióticos, Messner afirma que no subió ni por Austria ni por Alemania ni por el Tirol ni por Italia. "Subí por mi" y expresa que todos suben por sus propios medios y no oculta su desagrado por el nacionalismo manifestado en hechos logrados por una persona, por ella misma.

Sinceridad salvaje: el lugar es horrible

De lo que más recuerdo de Messner son sus comentarios tan directos como sensatos. Luego de bajar lanzó un fuerte golpe con las siguientes palabras: "Quienes dicen que alcanzaron el climax de su vida en el Everest, mienten, el lugar es horrible". Pero también dice "Una verdadera aventura no es posible si no existe el riesgo de morir". A Messner le gusta insistir en que hay límites en donde la tecnología y el equipo no deben ingresar porque altera la naturaleza de las cosas y que hay que enfrentar los retos lo más naturalmente posible.

Filosofía de vida

Messner dice que si subes el Everest por una autopista no conocerás la montaña. Esta afirmación se puede aplicar a cualquier montaña... Si todo está preparado y dispones de un guía que toma responsabilidad por tu persona tampoco conocerás "la montaña" en sí. Solo puedes conocerla si estás solo y si eres autosuficiente para abrite camino por ella, con su permiso.
Esto va en línea de lo que muchos montañistas han dicho (los más humildes) que en la montaña te encuentras con la montaña y contigo mismo. Eso de "conquistar la montaña"? tonteras dirían, si apenas la naturaleza nos da permiso de caminar en sus altos caminos y muchos ya presumen de "conquistar, domar..." el oxígeno les ha de afectar. Celebrar se puede, pero ver una montaña a lo lejos y decir "ya la conquisté"... estará mal el tipo.
Así es Messner, un tipo que nos recuerda la dimensión de las cosas: necio, entusiasta, positivo pero capaz de concentrarse tanto que hace todo lo poco importante desaparecer. Ni más ni menos le faltan siete dedos amputados por complicaciones de congelación, el tipo ha sufrido.
Su mayor pérdida fue su propio hermano con quien hicieron históricos ascensos, solos los dos. Fue en el Nanga Parbat donde en una expedición falleciera Gunther, su querido hermano. El dolor no fue lo único que lo golpeó, sino también las agudas críticas de algunos colegas quienes afirmaban que la necedad de Messner tuvo qué ver. Messner cambió radicalmente luego de este evento y manifestó no querer arriesgarse al límite con alguien sino prefería hacerlo solo.
Messner alcanzó y rompió records en ascensos de montaña. En 1979 haría gala de su destreza y resistencia participando en el rescate de Peter Hillary (hijo del explorador famoso Hillary) y cubrió en seis horas lo que a los neozelandeses les había tomado casi tres días. Oswald Oelz le acompañó y da fe de lo sucedido. Rápido, audaz, siempre estableciendo nuevos límites, Messner fue dejando atrás poco a poco la Montaña, de hecho asegura que para él la experiencia es más humana (montaña y él) que naturalista (estudiar la biología o ecosistemas). Messner dejó las altas montañas atrás luego de conquistar todas las cimas importantes y pasó a nuevos retos. En sus primeros años entrenó aguantando hambre y cargando el menor equipo posible, lo cual limitaba sus comodidades... ha sido estudiado varias ocasiones y no se encuentran diferencias sustanciales con otros organismos excepto que su metabolismo es muy eficiente. Fuera de ello nada extraño.
Reinhold Messner mismo dice que no vale la pena seguir con los mismos retos porque es repetirse y hay que reinventarse.

Aventura y riesgo

A nota personal si me preguntan creo que la aventura es ver al riesgo, a la muerte y que la muerte te vea a ti. Esto a muchos ya les quita el sueño y prefieren no hacer nada, solo sentarse y pasar la vida cómodamente esperando el final, pero eso no cambia las cosas: así, es la muerte quien te observa a ti.
No es para dramatizar... En el mundo de montaña la vida y la muerte se ven a poca distancia y se sienten así dentro de uno, por eso uno vive diferente valorando el día a día. Los montañistas no entendemos esos conceptos de "vida" donde la muerte es un tema prohibido, triste y fatal que no hay que mencionar, "llegará cuando llegue". Si aceptas que cualquier día "la palmas", te mueres, "estiras el caite" vaya cómo va a cambiar tu vida.
La muerte viene luego de la vida, pero algunos nunca logran vivir realmente. Eso, es una pena.
Fotografía: Reinhold Messner, de su sitio web oficial

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