Catarata de Urlanta
17 de Julio 2015
A unos minutos de la Ciudad de Jalapa se encuentra una reserva natural con una impresionante cascada que alcanza los aproximados 65 metros de altura. Sus muros de roca proveen también un excelente lugar para la escalada deportiva.
Foto: Héctor Roldán / Fotosdeguatemala.com
Urlanta se ha convertido poco a poco en un lugar visitado por turistas locales. Su cercanía a la Ciudad de Jalapa hacen que planificar los viajes no sea problema.
Inicialmente conocí Urlanta como un destino de escalada en roca. Adicionalmente a la expectativa de las rutas, recibí muchos comentarios sobre el lugar, siendo descrito como un paraíso natural con una cascada impresionante.
Siendo ya un poco difícil de impresionar, habiendo visitado la cascada de El Salto Chilascó, me limité a pensar en Urlanta como un lugar para escalar.
Para llegar se debe visitar la Ciudad de Jalapa, ubicada a aproximadamente 100 kilómetros de la capital. Se debe tomar la Carretera al Atlántico e ingresar en el cruce señalizado antes de Sanarate.
Una vez en la Ciudad de Jalapa, siguiendo la avenida de entrada se llegará una cuadra antes del mercado, en los depósitos de granos y azúcar, donde se debe doblar hacia la derecha y seguir recto hasta el tope del camino. Luego doblar a la izquierda y en el siguiente cruce, seguir hacia la derecha hasta llegar a la carretera de terracería.
Se pasarán 3 puentes pequeños y luego de unos minutos, se alcanzará la entrada con el letrero respectivo de "Cataratas de Urlanta".
Es necesario pagar una pequeña cuota para ingresar y los encargados guiarán a los visitantes hacia la catarata.
Como buenos viajeros, contando con indicaciones previas, decidimos ingresar por nuestra propia cuenta y resultamos unos 2 kilómetros más lejos del cruce hacia la catarata. Sin embargo valió la pena pues alcanzamos el río en su parte tranquila y disfrutamos de un buen recorrido de trekking por los alrededores. La abundancia de aves e insectos hizo interesante la caminata.
No sabiendo la altura de la catarata, habíamos pensado seguir el río hasta alcanzarla... gran error...
Foto: Héctor Roldán.
Desde un montículo era visible la catarata desde lejos y es impresionante. Su altura alcanza aproximadamente 65 metros de caida. Hacía calor y decidimos bajar a refrescarnos considerando darnos un chapuzón en las aguas del río... otro gran error...
A pesar del calor, el afluente del agua rompía su cauce y esparcía gotas por doquier elevando los niveles de humedad en la parte baja. Cuando llegamos a la base pudimos constatar que la temperatura del agua era extremadamente fría. Solo el sumergir las manos fue suficiente para olvidar la idea del chapuzón. El ruido provocado por la catarata era bastante fuerte.
Decidimos regresar y el camino fue bastante difícil. La humedad nuevamente hacía su trabajo pero esta vez en el suelo, que estaba sumamente resbaloso.
Es un destino que vale la pena visitar y no es nada peligroso. Sin embargo esta anécdota muestra que no es fácil caminar en el área pues habíamos decidido entrar a una parte de difícil acceso. Fuera de eso, el lugar es apto para visitas familiares.
La escalada...
Escalamos durante horas en la roca del lugar que permanece bastante limpia. Las rutas deportivas van desde una bastante sencilla de grado 5.8 con un final de más o menos 5.10, hasta unas más difíciles de un grado estimado de 5.11+.Estábamos bastante cansados pero era más por la caminata que por la escalada. Almorzamos en el lugar y pudimos observar algo curioso: un enjambre de abejas subiendo desde el fondo del valle.
El zumbido de las abejas es algo intimidante considerando la cantidad, sin embargo si no se les molesta o no se hace ruido, se puede pasar el rato en el lugar sin problemas.
El lugar tiene potencial para más rutas de escalada, deportiva y tradicional. Pero algunas de las rocas necesitan un serio trabajo de limpieza pues están cubiertas de vegetación.
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